Muchos de nosotros podemos ver la autocompasión como algo equivalent a la conciencia o la gratitud: un objetivo valioso sin duda, pero difícil de convertir en una práctica habitual.

La gratitud puede cambiar nuestro enfoque de lo que nos falta a lo que tenemos. Mantener un diario de gratitud o simplemente tomarse un momento cada día para reflexionar sobre lo que agradecemos puede contrarrestar las tendencias negativas y fomentar una actitud más positiva hacia la vida (Emmons & McCullough, 2003).

Este es el primer paso hacia un estado de bienestar emocional que puede mejorar tu relación contigo y con los demás.

Recuerda que es un proceso gradual y que cada pequeño paso que des en dirección a una mente más positiva es valioso y significativo.

Duele solo leer estos comentarios y, sin embargo, todos tenemos una vocecita interior que nos machaca despiadadamente. Nuestro crítico interno es nuestra tendencia a ser autocríticos y demasiado juzgones de nosotros mismos.

Por último, recuerda que si estás atravesando una etapa en la que todos estos pensamientos te causan mucha ansiedad y notas que no puedes controlarlos, no dudes en buscar apoyo profesional.

Estos pensamientos, a menudo arraigados en experiencias pasadas y patrones de pensamiento aprendidos, pueden limitar nuestra capacidad para ver nuestras verdaderas capacidades y valor.

Al ser curioso en lugar de combativo, puedes comprender lo que tu crítico interno realmente intenta decir. 1. Reconocer su presencia

La autocompasión no es autocuidado en el sentido superficial de comprar sweets y disfrutarlos en un momento difícil… ni es simplemente ser amable.

En la travesía de la vida, es común encontrarse con pensamientos negativos que nos check here atrapan en un ciclo sin fin de preocupación y ansiedad.

El paso más decisivo para desactivar nuestros pensamientos negativos automáticos es tomar conciencia de su existencia y de cómo nos impactan. Muchas veces, nos dejamos llevar por la inercia de esas fuerzas mentales que condicionan desde nuestras emociones, hasta nuestras conductas y decisiones.

Las siguientes pueden ser algunas de las causas básicas de las voces negativas que suenan en nuestra cabeza y nos agotan y acosan de forma constante.

Cuestiona tus pensamientos: Cuando te encuentres teniendo pensamientos negativos, cuestiona su veracidad. ¿Hay evidencia objetiva que respalde esos pensamientos? ¿Existen otras interpretaciones posibles de la situación?

El objetivo de este enfoque consiste en vivir tus propios pensamientos con una actitud desapegada y serena. De esta forma, podrás protegerte ante la aparición de pensamientos rumiantes, pensamientos obsesivos o pensamientos negativos que son fruto de la ansiedad.